– “No quiero quedarme atrapada en esto que me angustia. Esto ya debería estar resuelto, pero no lo consigo”.
– “Para no quedarte atrapada has de conocer bien eso que te angustia y aprender a acompañarte las veces que hace falta. Transitarlo una y otra vez. Cada vez que aparezca. No desde la pelea, sino desde la observación, la curiosidad de entender y el acompañamiento. En el camino puede que conectes con sensaciones o recuerdos que igual no son agradables, que quizás no quieras recordar ni sentir, pero es la única forma de no quedarte atrapada, de poder convertir tu angustia en capacidad para sostenerte y ayudarte. Y no lo harás sola, yo te acompañaré”.
– “Pero estoy muy cansada…”
– “Claro, es que a veces es muy cansado, ojalá pudiera ser de otro modo, pero por algún motivo esto aparece de nuevo, y cada vez que aparece puedes invertir tu energía en aprender a ayudarte o en pelearte con ello…Yo te invito a lo primero…, y te invito a que lo hagas por el tiempo y las veces que haga falta.”
Aprender a acompañarse puede ser agotador, pero más agotador es no hacerlo.
Os dejo esta reflexión del día a día en consulta que espero os inspire en vuestro proceso.
(Imagen de @gotadeacuarela)